Los diarios normalmente son secretos, pero el mio no es un diario normal. Es todo vuestro.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Lo que mal empieza, bien acaba




Miro hacia atrás, y me veo el día 29 de Diciembre de 2011 escribiendo esta misma entrada. Han pasado 369 días desde la última vez que me dio por pensar en todo lo que había vivido.
Ahora me río al recordar que en Febrero rezaba porque el año terminara ya, pasase lo más rápido posible. Había un 2º de Bachillerato que me asfixiaba, una casa que me agobiaba, unas amigas que no eran amigas, sino más bien conocidas y unas dudas en cuanto a qué narices hacer con mi vida que me despertaban cada noche. Tan sólo dos meses habían pasado desde que comenzó el año y yo os juro que lo único que quería era meterme bajo las sábanas y que alguien me despertase el día 1 de Enero de 2013.
Pero ya sabéis lo que dicen, lo que mal empieza, bien acaba. Y tengo que reconocer que este ha sido, con diferencia, el mejor año de los 18 que llevo encima.

Hubo un día, en el que pensé que todo se acababa; cuando mi amarillo se alejó de mí (no para siempre, pero si para mucho) mi mundo se vino abajo. Pero tuve suerte ¿sabéis? Tuve la suerte de cruzarme en mi camino a las mejores personas que he podido encontrar. Aquellas que desde entonces, y hasta hoy en día han estado ahí. Riendo, llorando, cantando, bailando, bebiendo, jugando, soñando, estudiando…conmigo.
Ha sido un año duro en algunos momentos. Llegó Abril, y con él el primer año que paso sin ti Al, y fue triste, y solitario, y triste otra vez. Pero tú me dijiste una vez que cuando estuviese triste por tu culpa, me acordase de aquel dragón que comía Lay's vinagreta y de los tornillos rojos. Así pasé Abril, llorando a ratos y riendo a otros ratos, y escribiendo sobre ti. También llegó el 14 de Julio, y ese día nos bebimos un chupito de tequila por ti, C. como prometimos. Y seguiremos haciéndolo año tras año, eso no lo dudes.
Al igual que ha habido momentos duros, también los ha habido felices. Como todas nuestras idas y venidas, las veces que hemos desvariado, los amaneceres vistos, los viajes planeados un día antes, las noches abrazada a la persona más bonita del mundo, los goles, aquellas semanas en el Piélago, las cachimbas rotas, las piscinas conquistadas, los pueblos en los que nos hemos perdido, las tardes de botellines, las medias rotas, las noches de mojito y poker, los conciertos sorpresa, las mañanas de cine y las noches de terror. Ha habido tantas cosas buenas, que no podría escribirlas todas aquí.

Tengo la suerte de empezar el año con las mejores sonrisas a mi lado, con personas que siempre están dispuestas a darte un cigarro acompañado de un “suéltalo pelirroja, ¿a quién matamos?”; personas que no dudan en saltar las primeras a la pista de baile; personas que se ríen conmigo (y también de mi); personas que me sujetan cada vez que me caigo (excepto esa vez en aquella orquesta); personas que aman tanto los amaneceres como yo; personas que siempre están dispuestas a ir a la “zona de mimos” para abrazarte, sea la hora que sea.

Y ahora, quisiera terminar mi entrada como la terminé un 22 de Diciembre de 2010. Porque este año ha sido un resumen de casi todos mis años, y el final de aquella entrada se merece estar aquí:

Me gustaría desearos una Feliz Navidad, espero que en vuestro año también se hayan derramado lágrimas, pero que las sonrisas hayan vencido a las lágrimas. Y debes saber, que te quedan otros 365 días para arreglar todo lo que hiciste mal en este año, para pedir perdón o para dar las gracias. 365 días para decir “te quiero” a esa persona que cada vez que pasa a tu lado hace que tiembles, para perderte, para disfrutar y sonreír. Te quedan 365 días para besarle y abrazarle todo lo que te faltó este año. Para ir a 100 conciertos y a 101 estrenos de cine. Tienes 365 días nuevos para seguir soñando. Abrir los ojos, dejar de soñar y hacer que tu sueño se cumpla. Y aunque tu año empiece mal, debes saber que no se termina ahí, que continúa, y puede sorprenderte según pasen los días.

Adiós 2012, gracias por enseñarme tanto. 


-Quiero dedicar una pequeña parte de mi entrada a mi gran Daniel, porque te quiero. (una de nuestras muchas canciones)

martes, 6 de noviembre de 2012

Es hora de ser dueño de tu vida



Hoy es uno de esos días en los que te sientes atrapada, sola e impotente al ver como la vida pasa deprisa a tu lado y tu no eres capaz de entrar en ella. No eres capaz de incluirte en tu propia vida. Suena ridículo, no sé si alguna vez os habrá pasado a vosotros, pero hay ocasiones en las que no me siento parte de mi vida.

Toman decisiones por nosotros constantemente, cómo debemos ser, cómo debemos comportarnos e incluso algunas veces cómo debemos pensar. Bien, pues si a mi me gusta teñirme el pelo no es asunto tuyo, y si me gusta cortármelo mil veces de mil (desastrosas) formas diferentes, tampoco. Que si quiero llevar sudaderas en verano debería darte igual, y si es en invierno cuando me siento cómoda con pantalones cortos no hace falta ni que me mires. Si me considero apolítica, simpática, antisocial, tonta, atea, antipática o soñadora es algo que no debería importante.

Pero tú siempre estás ahí, intentando que cambie, que sea feliz. ¿No te has dado cuenta de que quizás sea feliz así? Tal y como soy, con mis pequeñas virtudes y mis grandes defectos. Y digo yo, que si tanto me quieres (o al menos eso dices los domingos astrománticos y algún que otro sábado) deberías aceptarme así, sin más. Con mis tobillos de cristal, mis aspiraciones ridículas, mis cicatrices, el lunar de encima del labio, mis derrotas y el pelo un poco rebelde. Con mi antipatía ocasional y mi humor que es tan cambiante como el tiempo hoy en día.

Últimamente seguimos las modas más de la cuenta, e incluso no seguir la moda y ser diferente también se ha puesto de moda. Pero quizás, deberíamos dejar de pensar un poco en lo que ven los demás sobre ti, y empezar a pensar en lo que tú mismo quieres ver sobre ti. Tienes que tener en cuenta que lo único que debe importante en esta vida es que te quieras y te gustes a ti mismo, tal y como eres, porque al fin y al cabo, vas a estar el resto de tu vida contigo ¿no? Y si lo único que haces es pararte a pensar cómo debes comportarte, cómo debes ser, cómo debes vestir, cómo debes pensar y cómo debes sentir para ser "correcto" (por así decirlo) estarás viviendo una vida que ni siquiera te pertenece, y viendo como tu verdadera vida pasa de largo a tu lado sin si quiera esperarte.

Así que sé tu mismo (nota mental: tengo que ser yo misma) y si te apetece comer chocolate, hazlo; si lo único que deseas es cantar con todas tus fuerzas, hazlo; si hoy te quieres cortar el pelo, hazlo; si quieres gritar, hazlo; si quieres dormir, fumar, saltar, estar sola, bailar, sonreír, beber, comprar, correr, soñar, follar, nadar, volar, hazlo. Y si para ello tienes que romper todas las reglas que los demás, o tu mismo, te has impuesto, HAZLO.

Yo hoy quiero ser circense.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Maestro de valentía.



Hoy el viento del norte a vuelto a acariciar los árboles de esta ciudad. Es bonito, escuchar el sonido de las hojas peleándose unas con otras, para ver quién es la más fuerte que permanecerá en ese tronco durante todo el invierno; es bonito escuchar como los pájaros se despiden con sus cantos, elaborando sus pesadas maletas para partir a lugares más soleados; es bonito escuchar el sonido de la cafetera, lista y preparada para acompañarme otra noche más.

Me llaman Octubre, ya que nací en ese mes, en un día lluvioso de un otoño frío. Creo que por eso soy más de jersey y paraguas, creo que por eso me encanta el sonido de la lluvia, creo que por eso soy más de manta y café, de libro y cigarro, de alcohol y soledad, de abrigo y viento.

Siempre vagando por las calles grises de este lugar, siempre sentada en la parada de tren. Captando imágenes, captando vidas. ¿No os parece atractiva una parada de tren? A mi si, no tenéis ni idea la cantidad de emociones que transcurren por este lugar. Las despedidas y los reencuentros conllevan muchas cosas: promesas, risas, canciones, abrazos, recuerdos, lágrimas, olvidos...

Cada día en el mismo banco, cada día a la misma hora. Las 17:23, una hora triste y bonita a la vez. Recuerdo la primera vez que me senté aquí, escuchando "Boston", llorando, rezando a algo o alguien en lo que ni si quiera creo, aferrándome a este banco como si de la vida misma se tratara. ¿Por qué una estación de tren? No lo sé, supongo que porque eso fue lo que hiciste, irte de viaje. Cumplimos todos los requisitos, nos prometimos cosas, nos reímos de nuestros recuerdos, lloramos por lo olvidado y nos abrazamos con aquellas canciones que jamás volverán a significar nada aunque en un tiempo lo significaron todo, y entonces te fuiste, cogiste aquel tren a las 17:23 en un día soleado de otoño. Que raro, un otoño soleado, pero tu siempre fuiste raro, tenías que despedirte así, en un día raro.

Hoy me apetecía hablar de ti, porque el viento del norte a vuelto a acariciar los árboles de esta ciudad, y no he tenido miedo, por primera vez en mi vida te he escuchado y he sido valiente.


-Siempre contigo Alberto.

sábado, 4 de agosto de 2012

¿Qué nos está pasando?

¿No lo notáis? Cómo el calor se apodera de vuestros cuerpos y os transforma en nuevos seres que se entregan a la noche con ganas de que nunca salga el sol. Nos hemos transformado en enfermos de la luna, por así decirlo. 
Necesitamos más, siempre más y más. Más fiesta, más alcohol, más diversión, más amor. ¿Amor? Oh no, creo que me he equivocado, ¿quién necesita amor en verano? Nadie. Absolutamente nadie. 

Es un mito aquello de "los amores de verano". En realidad lo único que queremos es salir, y no entrar jamás. Saltar, sentir la arena de la playa entre los dedos, y oír como el mar choca contra las botellas de ginebra y whisky. O en su defecto, entrar en el bullicio de la ciudad y perdernos entre semáforos y dj's. Y entre baile y baile, soltar un par de besos a un par de extraños. Ingleses, holandeses, españoles, ¡qué más dá! Hoy es sábado, es verano, y mañana probablemente ni si quiera me acuerde de mi nombre, así que vamos a vivir la noche a mi manera.

Lo peor de todo esto es que antes no era así, antes nos limitábamos a echarnos unas risas en cualquier parque perdido con una bolsa de pipas en la mano. Tu y yo, solos, ¿recuerdas?. Y desde que te fuiste todo ha cambiado, no sé si he aprendido a vivir la vida o he aprendido a malgastarla como nadie. Pero soy la primera que le da los buenos días a la luna y las buenas noches al sol. La primera en saltar a la pista. La primera en beberse hasta las copas de los árboles. La primera en perderme en camas de desconocidos.

Y todo es por tu culpa. No sé que te pasó, pero comenzaste a besar demasiados labios que no eran los mios y pensaste que yo estaría ahí para siempre ¡JÁ! Como te dije anteriormente, no sé si me enseñaste a vivir o a malgastar mi vida, lo que si sé es que probablemente no vuelvas a encontrar un carmín rojo como el mío en tu mejilla nunca más. 

Mientras, seguiré adornando las paredes de esta ciudad con pintalabios rojo, a ver si algún incrédulo lo sigue y esta noche mi cama estará menos fría.



miércoles, 6 de junio de 2012

Bienvenido verano



Vivo en una ciudad conectada entre caminos que unen a personas. Donde la gente de diferentes lugares traman historias que acaban transformándose en planes, planes que terminan siendo verdades. 

Y mi verdad es que ha llegado el verano, que al fin nos hemos despedido de las miles de palabras que nos han acompañado durante todo el curso. Pero que no solo nos hemos despedido de esas palabras, si no que también nos hemos despedido de toda la gente que nos ha acompañado durante gran parte de nuestra vida. Quizás sienta algo de pena, al saber que nuestros caminos se separan y que esos puentes que antes nos unían ahora serán más largos que nunca. Pero también siento alegría, al pensar que hemos logrado nuestros objetivos y que por muy lejos que estemos seguiremos siendo ciudadanos de este lugar. 

Así puedo hablaros un poco de mi verano, de bares, de cañas y risas. De pinchos de pulpo que alegran la vista y vestidos cortos que alegran algo más que la vida. De flashes, romanas y piernas morenas. También podría contaros algo sobre el mar, la playa, la arena y el sol. Los partidos de fútbol con trompetas y pintura y nuestro mítico "anillo del poder" (algún día os contaré la historia de ese anillo).
Al igual que puedo hablaros de las noches laaaargas y las mañanas que nos saludan demasiado temprano y nos pillan in fragantis en ese beso de despedida o en esa caricia de "buenos días"
El olor a tostadas invade la casa, junto con el olor a mojito, a barbacoas, a verano. Se siente que estamos tramando algo, que estamos tramando mejorar este lugar, mejorar este verano. 

Así os hablo de parques y de puentes que unen a la gente corriente, y los transforman en algo más que una realidad para convertirlos en eternidad. Porque siempre hemos sido eternos, y siempre los seremos. 

Por eso os digo, y os animo a disfrutar, a vivir cada segundo como si no hubiera mañana y a bailar hasta que no podáis más. Os animo a sonreír, a dar envidia y a contagiar vuestra sonrisa a los demás. Porque nada enamora más que una sonrisa, y nunca sabes a quién puedes cruzarte por la calle. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Ganas de odiarse



Darlo todo por perdido. Separarse y no volver a verse en años. Era todo demasiado sencillo, saludar solo cuando tu querías, hablar solo cuando tu querías, ser mi amigo solo cuando tu querías... Y mientras tanto ¿qué? ¿a inundar de nuevo mis mejillas? Demasiado fácil.

Eso pensanste tu, que era demasiado fácil que Troya ardiera, y entonces Troya decidió que no volvería a arder. Decidió que ella era quién mandaba, que ella era quién saludaba cuando la daba la gana. Y que si querías no volver a hablarla, te guardases la falsedad en un bolsillos y fueses a engatusar a otro con tu simpatía.
Simpatía que a veces echo de menos, y que otras veces me pregunto si no sería también mentira. Vuelvo a repetir, demasiado fácil caer bien a la gente, demasiado difícil darse cuenta de la realidad. Darse cuenta de la facilidad que tienes para echarle la culpa a los demás, para convertirte en una de esas malas lenguas que están tan de moda y se dedican a decir sandeces por todos los rincones.

Pero te vuelvo a repetir, Troya está cansada de ser siempre quién arda, de ser siempre quien luche, de ser siempre quién vaya tras de ti. Por eso ahora Troya se toma unas vacaciones, y te dice con una sonrisa adiós, y que encuentres algo o a alguien mejor por ahí.

Os digo, no hay nada peor que perder a un amigo. Bueno si, si que lo hay: perder a un amigo y, gracias a eso, darse cuenta de que todo lo que había alrededor eran conocidos, y decidieron tomar el camino fácil y esfumarse como el aire. Como si nunca hubiéramos sido nada. Cobardía. Falsedad. Adiós.


-Esta entrada es sin color, porque es triste, muy triste. El único color que habrá hoy aquí se lo dedico a los valientes.

lunes, 2 de abril de 2012

No tenía nombre, pero si una gran vida



Voy a contaros la historia de ella. De como su pelo rojo se clavó en mis costillas y se quedó ahí, quietecito, ayudándome a respirar.
Ella, que adorna sus ojos con el color negro, pero no un negro cualquiera, no, un negro que resalta las grandes esmeraldas que guarda dentro. Y cada noche pinta sus labios de rojo. Pero no un rojo normal, no, un rojo vida. Para ir dejando huellas por donde pasa y que yo pueda seguir su rastro de coco, o de mora. No estoy seguro de cuál es su perfume ya que cada vez que me cruzo con ella me hipnotiza de tal manera que solo recuerdo que la vi. Pero no sé ni dónde, ni cuándo, ni por qué.
Tiene unos contoneos ¡Oh! Si viéseis sus contoneos perderíais la cordura, y sabríais de lo que os hablo. Todo sensato y cauto se aleja de su mirada, ¡pero bien sabe Dios que a mi me gustan los peligros! y eso fue lo que me llevó a ella. Lo que me llevó a seguirla bajo cada flash y cada botella de ginebra.

Deja sus labios marcados en cada vaso, y en cada espalda, eso me encanta. Me gusta tanto como su risa cantarina y sus ojos de "ven, aquí y ahora". Me enamoró, eso es algo que sé bien, porque solo un loco enamorado como yo saldría cada noche buscándola en esta gran ciudad, con la esperanza de volver a verla. Y es que tengo que volver a verla, tengo que devolverla los labios que se dejó una noche sin sol ni hora en mi espalda. Y cuándo la devuelva sus labios, la diré que la amo, y que una vez que la he probado no puedo vivir sin su sabor a limón con sal.

Sé que ella es libre, que no quiere, que no ama, que no recuerda nombres y que prefiere bailar cada noche con un hombre. Pero como ya os he dicho antes soy un incauto, la buscaré, y cuando la encuentre la perseguiré día y noche hasta conseguir que sea ella quién me siga a mí.




-Sinceramente, esta historia no tiene mucho sentido, pero la empecé a escribir con un gran amigo y esta noche he decidido terminarla. No es lo que pensamos en su momento, pero han cambiado tantas cosas desde ese día... Muchas gracias por leerme pequeños.

domingo, 11 de marzo de 2012

Pequeño



Debería haberte dicho más aquello de "Buenos días, y por si no nos volvemos a ver, buenos días, buenas tardes y buenas noches". Debería haberte abrazado más, besado más. Debería haber bailado más contigo. Debería haber salido cada tarde que me llamabas, y debería haberte acompañado cada noche con tu vaso de vodka o ron. Debería haberte querido más.

Y ahora, es cuando realmente me doy cuenta de lo imprescindible que eras para mi, y de lo difícil que se va a hacer esto sin ti. Tú, que me sacaste de cada pozo oscuro y me ayudaste a superar cada bache. Tú, que me animaste en cada una de mis aventuras, y me acompañaste en todas mis borracheras. Tú, que no me negabas nunca una sonrisa, ni un cigarro a las tantas de la madrugada. Tú, ya no estás.
Y no entiendo muy bien el por qué, no consigo hacerme a la idea de qué te llevó a hacer lo que hiciste. Solo sé que 13 años, son muchos años para tirar a la basura de buenas a primeras y que errores comete todo el mundo. Unos más graves, y otros menos, pero erroes al fin y al cabo.
Todo tiene solución, y cuando esto se solucione yo seguiré aquí, para abrazarte todo lo que me faltó, y sacarte esas sonrisas que nunca te devolví.

Eres, y siempre serás mi pequeño. Eras el único que me hacía grande, y ahora que soy tan pequeñita como una gota de lluvia, te digo que ánimo, que te esperaré.Te quiero.


-Dar las gracias a todas las personas que siguen a mi lado. Y solamente decir que ando un poco de lado a lado, porque pensaba que tenía muchos más pilares que me sustentaban, y me dado cuenta de que cuándo el más esencial cae, todos caen a su alrededor.
-Sé que cuando veas la foto te enfadarás, éramos tan pequeños. Pero sabes que me encanta.

sábado, 11 de febrero de 2012

Salimos a bailar


Nadie mejor que Lori Meyers para marcarnos este compás, ese Do sostenido que se junta con un Si menor y se engancha al bumbum de nuestros corazones. Un ritmo que no cesa y que a cada paso se acelera, y a cada brinco da un vuelco.
Y es que ya no lo siento, ni si quiera lo noto en mi pecho. Debe de haberse escabullido para poder dormir junto a ti esta noche. Debí de controlarlo más, la verdad es que nunca estuve lo suficientemente pendiente de mi corazón, y ahora se escapa, sin siquiera decir adiós, para acomodarse junto al tuyo.

Hoy me he calzado mis mejores tacones, esos que tenía reservados para una ocasión especial, le he cortado la etiqueta a aquel vestido nuevo que estaba deseando estrenar y me he vuelto a pintar los labios color sangre.
Y es que hoy no es un sábado cualquiera. Este es nuestro sábado, para volver a disfrutar, para volver a emborracharnos y reírnos, y presumir de que nuestro cuerpo puede con nosotros. Dejarnos llevar por la música y escapar de la realidad.

Ya tengo acumuladas tres carreras en las medias, y ocho besos en el cuello. Tres fueron robados, dos prestados y los demás regalados. Pupilas dilatadas y luces de neón. Se oyen carcajadas y de nuevo el bumbum de tu corazón.


No te vayas, quédate aquí, a mi lado
. Esta noche vamos a fumarnos la razón. Vamos a bebernos las calles. Y a robar la luz del sol.
Y es que desearía que esta noche no terminase nunca, entre tropiezo y tropiezo se oye una carcajada, cuatro pies ya van descalzos, dos manos ya van agarradas, por detrás un par de flashes que atontan.
Y volvemos a gritar, y a reír, y a cantar a Lori Meyers a pleno pulmón, porque esa es nuestra canción. Entonces ellas se alejan, y con ellas se aleja la canción.
Volvemos a estar solos, esta vez sin luces de neón, y sin música que nos vuelva locos. Esta vez el silencio solo es interrumpido por un par de besos y otra vez el bumbum de tu corazón. Quiéreme esta noche como si fuera la última, eso es lo único que te pido.

-Vuelvo a sentir el humo de tu cigarro en mis pulmones.

-Devuélveme mi corazón.
-Te quiero.


Una conversación absurda, interrumpida por absurdos besos, y te vuelvo a decir al oído: "Vamos a fumarnos la razón"


-¡Ya somos 1021! ¡Es increíble! Muchas gracias a todos por acompañarme en este viaje, mil besos.

jueves, 19 de enero de 2012

Lo que te hace grande


Como un trago de tequila atravesándote la garganta. Como subirte en el primer vagón de una montaña rusa. Como escuchar Helter Skelter de Los Beatles, probar por primera vez el sushi o nadar en el mar helado hasta que duele.
Así es estar contigo. Es atreverse a todo, apostar por ti, lanzarse de ojos cerrados a cuanto venga. Porque tu no mereces un amor a medias.
Tengo el presentimiento de que siempre vas a estar ahí, con tu sonrisita de pillo y tus ojitos de "hoy no he dormido nada". Abriéndome camino entre toda esta sociedad llena de falsedad. Pasando de todo, y enseñándome a pasar de todo.
Porque así funciona esto ¿no? Tu me animas a ser circense mientras yo te enseño inglés. Hoy por ti, mañana por mi.
Confías en mi lo inconfiable, hasta tal punto de enseñarme a conducir, a mi, que soy la mayor patosa que te puedas encontrar. Hasta el punto de contarme todas las cosas que te ocurren, y de escuchar todas las que me pasan a mi. Me aguantas lo inaguantable. Mis días grises, y los demasiado rosas. Las noches de ron y whiskey. Y de indie y poki. Porque tu siempre fuiste más del sur y yo daría lo que fuera por el norte.
Y seguiré pasando las horas muertas hablando contigo. Y bailando colgándome de tu cuello. Seguiré marcándote con ese pintalabios rojo que tan poco te gusta. Seguiré contando tus lunares. Y seguiré aquí. Escuchándote, apoyándote en lo que sea y acompañándote en cada uno de tus viajes.
Porque cada vez que estás cerca, las piernas me tiemblan. Y esa, sin duda, es la mejor sensación que he tenido nunca.