
Querido diario:
Ya iba siendo hora de comenzar una entrada así ¿no creéis?. Suena irónico que esté escribiendo mi pequeño diario y esta sea la primera entrada en la que le menciono...
Vuelvo al principio: Querido diario, solo tengo cinco pequeñas palabras que dedicarte. Cinco palabras que salen como susurros de mi boca pero que retumban como tambores en mi cabeza...Querido diario: hoy, le echo de menos.
No me acostumbro a su ausencia, si él, mi vida me parece una absurda monotonía. Llevo 120 horas sin verle, y eso para mi, es una eternidad. 120 horas sin poder perderme en el azul de su mirada, sin hablarle con caricias, sin sentir su tacto en mi piel, sus labios sobre los mios, sus ojos recorriéndome y sus manos sobre mi rojo pelo.
Tan sólo he hablado con él dos veces desde que se fue... y para colmo, era una voz distorsionada, no es lo mismo hablar con una persona por teléfono que hacerlo a tres centímetros de él.
No me apetece comer, ni hablar con nadie, solo quiero estar tirada en la cama con el jersey que mi abuela me regaló y que huele tan bien. Huele a él. No soy capaz de soñar, ni si quiera puedo soñar con él, se ha ido para siempre... Y si no puedo soñar ¿para qué iba a dormir?
Todo los días es la misma monotonía. Me levanto por la mañana para ir al instituto, no hablar con nadie, volver a mi casa y tirarme en la cama. No escucho música, no acaricio a Pete, no estudio, no canto, no leo, no sonrío. ¿Para qué iba a sonreír si él no puede decir lo bonita que estoy?
Querido diario, traemele de vuelta... Cógele de las orejas y arrástrale hasta mi balcón o contrata a un ángel que me le traiga volando. Pero haz algo, porque cada día que pasa es peor, cada día es más largo, cada día es más gris. Tengo la sensación de que cada día que pasa él está más lejos. Eran 313 kilómetros, que ahora se han convertido en miles de kilómetros.
Hay algo más que quiero contarte, diario, Ana no está bien. Tengo miedo.
P.D: He comenzado a tomar decisiones, la primera, ya no seré por más tiempo pelirroja, porque fui su pelirroja una vez y lo seré siempre. Por lo tanto, dentro de poco me cambiaré de color de pelo.
La segunda, Mario y yo, tenemos que hablar. Las relaciones a distancia no han existido nunca, y nosotros no seremos la excepción.
Preguntas | Tuenti | Gracias | Música para tus oídos