Los diarios normalmente son secretos, pero el mio no es un diario normal. Es todo vuestro.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Ganas de odiarse



Darlo todo por perdido. Separarse y no volver a verse en años. Era todo demasiado sencillo, saludar solo cuando tu querías, hablar solo cuando tu querías, ser mi amigo solo cuando tu querías... Y mientras tanto ¿qué? ¿a inundar de nuevo mis mejillas? Demasiado fácil.

Eso pensanste tu, que era demasiado fácil que Troya ardiera, y entonces Troya decidió que no volvería a arder. Decidió que ella era quién mandaba, que ella era quién saludaba cuando la daba la gana. Y que si querías no volver a hablarla, te guardases la falsedad en un bolsillos y fueses a engatusar a otro con tu simpatía.
Simpatía que a veces echo de menos, y que otras veces me pregunto si no sería también mentira. Vuelvo a repetir, demasiado fácil caer bien a la gente, demasiado difícil darse cuenta de la realidad. Darse cuenta de la facilidad que tienes para echarle la culpa a los demás, para convertirte en una de esas malas lenguas que están tan de moda y se dedican a decir sandeces por todos los rincones.

Pero te vuelvo a repetir, Troya está cansada de ser siempre quién arda, de ser siempre quien luche, de ser siempre quién vaya tras de ti. Por eso ahora Troya se toma unas vacaciones, y te dice con una sonrisa adiós, y que encuentres algo o a alguien mejor por ahí.

Os digo, no hay nada peor que perder a un amigo. Bueno si, si que lo hay: perder a un amigo y, gracias a eso, darse cuenta de que todo lo que había alrededor eran conocidos, y decidieron tomar el camino fácil y esfumarse como el aire. Como si nunca hubiéramos sido nada. Cobardía. Falsedad. Adiós.


-Esta entrada es sin color, porque es triste, muy triste. El único color que habrá hoy aquí se lo dedico a los valientes.