Los diarios normalmente son secretos, pero el mio no es un diario normal. Es todo vuestro.

martes, 30 de agosto de 2011

Días largos, besos guarros y vicios caros.




A estas alturas, tiro el romanticismo por el retrete. Porque bueno, ¿ya te he dicho "te quiero" muchas veces, no? y tu me has dicho demasiados piropos ya. Ya sé lo mucho que te gusta mi sonrisa, y tu sabes el motivo por el que cada día me pierdo en tus ojos. Colecciono todas tus cosquillas en una caja de zapatos bajo la cama. Y tu me has dicho que guardas cada uno de mis besos en un tarro.

Así que, adiós al romanticismo. Y a aprovechar el verano, que nos falta poco. Date prisa, bésame. Corre, desnúdame. Venga, ven aquí. No pares. Te quiero. Un par de cubatas y a seguir. No espera, un chupito más. Continúa. Rómpeme la espina dorsal. Dime lo mucho que me quieres. Bésame más. No no, espera. ¿Un cubata más? Venga sí. ¡Eh! No te rías tanto. Bueno si, ríete, que me encanta tu sonrisa. Váyamonos de aquí. La música retumba en mis oídos, y yo solo quiero oír tu respiración. Me encantan tus sábanas. Me encantan tus manos. Me encantan tus labios. Me encantas tu. Sonríeme una vez más. Y después vuelve a decirme que me quieres. Yo también te quiero. No te vayas nunca, no me sueltes, no me dejes, no pares. Respiración entrecortada. Bésame de nuevo. Espera, algo se interpone entre nosotros. Ya está, fuera tu camiseta, fuera la mía. Así mejor. Oh, te quiero. Si, si, pero no te rías. Creo que voy borracha. ¡No espera! ¡Vas borracho!. Prómeteme que mañana te acordarás de esto. Te quiero.

-¿Desayunamos?
-Claro.
-¿Qué quieres para desayunar?
-Un poco de ti.
-¿No decías que no te gustaban los matemáticos?
-Me encantan los matemáticos.
-Eres una mentirosa.
-Compulsiva, no puedo hacer nada al respecto.
-Si, si que puedes.
-¿Qué hago?
-Quiéreme.
-Espera.
-¿Espero?
-Si, si, espera un poco.
-Vale espero.
-Ya
-¿Ya?
-Te quiero.
-Roquiete.

Riéte. Bésame. Quiéreme. Y date prisa de nuevo. El verano se nos va. No, no, espera, cosquillas no. Me duele la cara, de tanto reírme. Me duele el corazón, de tanto quererte. ¿Quién dijo que no me gustasen los matemáticos? Ah ya, fui yo. Bueno, pues a Olivia la gustan los matemáticos. Un cigarro. Otro. No, espera, a Olivia no le gustan los matemáticos. A Olivia le gusta él. David, Olivia te quiere, mucho. Y ahora ríete de nuevo. Pero esta vez, hazlo mientras me besas. Otro cigarro.

lunes, 15 de agosto de 2011

Guia para ser feliz



- ¿Y qué hago?
- Se feliz.
- Eso es fácil decirlo. Ahora mismo, no sé como ser feliz.

Y sentados en el suelo, en un pequeño rincón del azul de mi habitación, me dio sus mejores consejos para ser feliz:

- Muéstrate. Sigue tu instinto. Inspírate. Deja de ser una víctima. Haz todo aquello que sabes hacer. Míralo todo desde una nueva perspectiva. Ten curiosidad por todo lo que te rodea. No te aisles. Júntante con los que quieres. Márcate objetivos. Acaba lo que empezaste. Ayuda a los demás. Olvídate por un día de las noticias. Baila. Mímate un poco. Enfréntate a tus miedos. Visita un museo. Alguna decisión es mejor que ninguna decisión. Haz ejercicio. Desenchúfate de la tele. Escucha música. Grita. Ánimo, tu puedes. Busca el equilibrio. Procura dormir bien. Lee. Compra flores. Trata de llegar. Levántate cada vez que te caigas. No te compares con los demás. Vive el momento. No seas injusta contigo misma. Come palomitas. Acepta que la vida tiene momentos buenos y malos. Piensa cada noche en las cosas buenas que te han sucedido hoy. Deja que entren las nuevas ideas. Cree en ti. Sé amable. Deja que la gente sepa lo especial que eres. Sé honesta contigo misma. No dejes que te obsesionen los pensamientos negativos. Dedica tiempo simplemente a divertirte. Da las gracias a las personas que te enseñan, que te apoyan, que te animan, e invítalas a tomar un café. Ofrece lo que ya no necesites a quienes si puedan necesitarlo. Valora quién eres en este momento. Forma parte de un grupo. Cuida el amor en tu vida. Haz una lista de agradecimientos. No pierdas la esperanza. Nunca sabes lo que el mañana te puede traer. Nunca dejes de aprender. Aprecia lo que tienes. Cree en algo tan grande como tu misma. Crece. Y por último, pero no menos importante, quiéreme.
- ¿Y si te digo que ya te quiero? -dije abrazándole.
- Demasiado previsible. -se reía, y se formaban las arruguitas más bonitas del mundo junto a sus ojos.
- Bueno, pues roquiete.
- ¿Roquiete?
- Eso no es previsible ¿no?

Y nos besamos, allí, perdidos en el azul de mi habitación. Y no solo nos besamos, seguí sus consejos y me dejé llevar, cuidé de él y le quise. Le quise tanto que me faltaron fuerzas. Pero no me importaba, él estaba allí, cuidándome, mimándome y buscando nuevos lunares en mi espalda. Con besos y un Agosto demasiado caluroso de por medio, le repetí 102 veces "roquiete". Y es que, si hace falta inventarse palabras para quererle, me las invento. Si hace falta recorrer 103 kilómetros para verle, los recorro. Si hace falta amar a las matemáticas las amo. Y si es necesario dejar de ser pelirroja por él, dejaré de serlo.

Son ya cuatro meses David, y por qué se que no me pedirás que ame las matemáticas, ni que deje de ser pelirroja, te quiero. Y cuando digo te quiero, en realidad quiero decir roquiete. Que como tu sueles decir: "Es más nuestro"