Los diarios normalmente son secretos, pero el mio no es un diario normal. Es todo vuestro.

sábado, 18 de junio de 2011

Summer Time


Querido verano:

¡Bienvenido! Te estaba esperando. La verdad, que te has hecho de rogar y has tardado mucho en llegar, pero, al fin estás aquí. Y nos quedan unos 90 días para pasar juntos.
El año pasado, no me dio tiempo a agradecerte todo lo que habías hecho por mí, te fuiste rápido. Así que ahora, aprovecho y lo primero que hago es darte las gracias, y también te pido que este verano sea tan bueno (o mejor) que el verano pasado.

He tirado mi viejo bikini rosa, este año no me pega con el pelo, ya sabes. Pero no te preocupes, porque el otro día vi uno negro en un escaparate de la Plaza Mayor que probablemente te encante tanto como a mi. Me gustaba el olor a sal que tenía mi viejo bikini. Ese olor a Cantábrico, es difícil de conseguir... pero gracias a ti, mi nuevo bikini volverá a coger ese olor y con un poco de suerte, el olor a Cantábrico no estará mezclado con el olor a Lucky.
No sé si te lo habrá dicho tu amiga Primavera, pero he dejado de fumar gracias a ella. Porque ya sabes eso de que la primavera la sangre altera... Y yo, cuando tengo la sangre alterada, cometo alguna que otra estupidez. Entre ellas, dejar de fumar.

Han cambiado muchas cosas desde la última vez que estuviste por aquí. Tengo un par de pendientes nuevos, he crecido varios centímetros, he conseguido aprobar matemáticas y tengo un tatuaje que me encanta, ya te lo enseñaré una de estas mañanas de bikini, sol y playa.
¿Sabes? El corazón ya no me va a mil por hora. Eso debe de ser bueno, también tiene que tomarse sus vacaciones de vez en cuando.

Pero estoy feliz, que el corazón no se me acelere cada vez que me topo con su sonrisa no quiere decir que no sea feliz. Soy más feliz nunca. Porque aun que este verano no esté el chico de los ojos verdes y la sonrisa bonita, están ellas. Que pueden llegar a ser un trillón de veces mejores que ellos.
Ya te he hablado de ellas en alguna ocasión, con su pelo rubio, o castaño, o moreno. Con esos ojos verdes, y azules y color chocolate o negros. Con sus sonrisas encantadoras y sus ganas de pasarlo bien, con olor a verano, puro verano. La que siempre va con tacones, y la del tatuaje junto al ombligo, la que cometió la locura de cortarse el pelo o la rubia de ojos verdes, la de los labios rojos y la que le guiña un ojo a todos, simplemente para reírse. Este verano están ellas, con un par de mojitos en la mano y las gafas de sol en la cabeza.

Querido verano, te he echado de menos. Pero al fin estás aquí, así que haz este verano tan bueno como el pasado.


-Como ya he terminado todos los exámenes y me espera un laaaaaaargo verano, he decidido volver a crearme el tuenti, en el que subir fotos donde os podéis etiquetar, y por el que podréis hablar conmigo siempre que queráis. No dudéis en agregarme: Olivia Lisle
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martes, 7 de junio de 2011

Los polos opuestos se atraen

-Más bonita que ninguna.
-Y tu más tonto que ninguno.
-Que poco romántica eres.
-Y tú que imbécil, y no me quejo.
-¿Ves?
-¿El qué veo? ¿Dos cañas y ya te enamoras de mí?
-Llevamos más de dos cañas.
-¿Ahora las cuentas?
-No, simplemente me acuerdo de las cosas importantes.

Martes, 7 de Junio. Se podría decir que esta es la sexta vez que me encuentro con David "accidentalmente" y terminamos sentados en una taberna con un par de Coronitas en la mano. Bueno, me equivoco, él odia la Coronita, es más de Mahou.
Sinceramente, aun no comprendo muy bien por qué sigo quedando con él. Lo único que hacemos cuándo quedamos es discutir. Discutir, discutir y más discutir. Y es que no nos parecemos en nada.

No sabe quien es Bob Marley, ni Kurt Cobain. Y yo odio su estúpida música que no tiene letra y solo está compuesta por ruido. Él, proyecto de matemático y yo, la peor enemiga de las matemáticas. Yo, proyecto de escritora, y a él le da pereza leer. No compartimos gustos musicales, ni metas en la vida. No le gusta la fotografía, y yo odio la hípica, aquello que le vuelve loco. A mi no me gustan sus camisas de cuadros, ni sus deportivas gastadas y a él le gustaba más mi pelo cuándo no era rojo. Odia el olor a tabaco y ni si quiera sabe disfrutar de una buena Coronita acompañada por Jason Mraz. No le gustan los pomelos, ni el limón. Y yo odio las pipas que está todo el día comiendo.Me molestan todos y cada uno de los ruiditos que produce su móvil cada vez que lo toca. Y él no soporta mis chistes malos, esos que estoy contando a todas horas.

Y aun teniendo tantas diferencias, me siento tan cómoda a su lado, que es como si fuera mi hermano gemelo. Adoro sus ojos, y su sonrisa. Y según dice, a él le encantan mis pequeños dientes. Es la primera persona que conozco a la que no le molesta que me coma las uñas, puesto que él también se las come. Me produce un cosquilleo en la tripa oír como arranca el motor de su viejo coche y él ama el olor a vainilla que siempre llevo. Helado de vainilla, a ambos nos gusta. Y los Rolling Stones, creo que es el único grupo que compartimos. Ir en bicicleta, viajar y hacer el tonto, eso también nos gusta a ambos.

-Siempre que hablamos, terminamos discutiendo - digo sonriendo.
-Pues hablemos, callados. Y bebamos - me guiña un ojo y ¡plaf! el quinto brindis de la tarde. Coronita contra Mahou. Y silencio.

Aquí estoy yo, en plenos exámenes, tachando un día en el calendario. Un examen menos, ya solo faltan doce. Metafísica, la Segunda Guerra Mundial, Primeros auxilios y medio natural, El Renacentismo y David. Eso es lo que ocupa ahora mismo mi mente, los exámenes de esta semana y él. ¿Y él por qué está ahí? ¡Ah! ¡Ya recuerdo! Me dijo que me iba a enseñar a conducir, lo cual, también es un examen ¿no? Tengo derecho a pensar en él durante esta semana.



P.D: Siempre he oído aquello de "los polos opuestos se atraen" y nunca, nunca lo he creído. Ahora creo que debería comenzar a replantearme mis creencias. ¿Qué pensáis?