Me tiré en la cama, como hago siempre y cogí a Pete para hablarle a él sobre Sergio.
Pete es mi gato, me lo regalaron cuando llegué a España y desde entonces siempre ha estado conmigo, le cuento todo, porque yo se que me escucha. En ocasiones me responde con un maullido o una caricia, otras veces simplemente me ronronea al oído para que le pase la mano por el lomo.
Me gustaría describiros como es, pero no puedo hacerlo a la perfección porque aún no le conozco lo suficiente. El color de su pelaje cambia con el sol, y sus ojos son enormes y de diferentes colores que también cambian, pero con la lluvia.
Le encanta sacar la lengua, comer chokosnack's, que le acaricien tras la oreja, escuchar cuentos y ver la película 1O1 dálmatas.
Odia cuándo le cogen en brazos, que le tapen la cabeza y las tardes de verano.
¡Ah! y siempre siempre, quiere estar presente cuando Sergio y yo estamos a solas en mi habitación. Creo que es porque Pete a mi me quiere mucho, y siente celos de Sergio, pero nunca se lo he dicho por si le sentara mal.
Pete está soltero, una vez pensé que jugueteaba con una gatita del barrio, porque salía mucho por mi ventana y siempre intentaba escaparse, pero me equivocaba en realidad no era una gatita, era un perro. Si, Pete es un gato pero siempre quiso ser amigo de los perros, la excepción.
Ya empieza a entrelazar su cola por mis piernas, eso es que quiere comer. Y como no le gusta esperar, voy corriendo a por sus chokosnack's.