Los diarios normalmente son secretos, pero el mio no es un diario normal. Es todo vuestro.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Infinitos




Una noche más había dejado su perfume impregnado en mis sábanas. Y eso era lo que más me gustaba de los domingos, que podíamos tener batallas interminables bajo el nórdico y luego su olor perduraba durante siete días hasta el próximo domingo. Hasta la próxima batalla.

Ese día se había colado por la ventana sigiloso como un gato. "Quería darte una sorpresa" me dijo cuando pegué un respingo al verle. Ya se sabe, te pones los cascos y empiezas a escuchar música mientras navegas en tu mundo y podría comenzar la tercera Guerra Mundial sin que te enterases. 

-Tengo unas ganas increíbles de (a)mar -dijo mientras me abrazaba por la espalda. 
-Pues vayamos al mar ¿quién nos lo impide? 

Y así fue como esa noche metimos lo imprescindible en una maleta y nos fugamos. Siempre me ha gustado el mar, tan tranquilo y pacífico, tan inmenso. Me hace sentir un poco insignificante ante los demás, pero también me da paz y ayuda a pensar. 

-Cuando miras fijamente al horizonte, no ves el final, simplemente azul. Infinito. -dije- Creo que por eso me gusta tanto el mar, me siento infinita cuando lo miro. Es como si supiese que siempre voy a estar aquí.
-Y yo siempre voy a estar contigo -respondió cogiendo mi mano.
-¿Me amarás? ¿Me amarás cuando el mundo se derrumbe y las ruinas acaben con todo? ¿Cuando nos hagamos mayores y no podamos seguir luchando? 
-Te amaré siempre, Oli. 

Sé que siempre no siempre significa siempre. Que estamos condenados a separarnos. Que nuestros polos chocan más que los de muchos y que problablemente dentro de unos años ni recuerde esta conversación. Per hay que luchar por lo que se quiere, no vale rendirse y sé que ahora mismo daría mi vida por ti, y haría lo que fuera por vivir entre tus sábanas, contigo. Sin preocupaciones ni planes. Siendo tan infinitos como el mar.

-No pienses en el futuro, si no en el presente -me susurró al oído. Parecía que podía leerme la mente. Y lo cierto es que no me extrañaba, me conocía mejor que nadie en este mundo.
-Tienes razón, el ahora es lo que cuenta. -me acerqué a él y le dí un tierno beso, mientras una lágrima recorría mi mejilla.
-¿Que te ocurre pelirroja? 
-Es alegría, felicidad por poder estar aquí, y ahora, y contigo.

Por un momento fuimos infinitos. Quién sabe si esto perdurará, o nuestros sentimientos se marchitarán por el camino, o las ruinas acabarán con nosotros. Lo que cuenta es el ahora, y por ahora somos eternos.



-Haciendo caso a vuestros comentarios, he vuelto a cambiar el formato de mi historia. Me gustaría saber vuestra opinión, sea buena o mala. (: