Los diarios normalmente son secretos, pero el mio no es un diario normal. Es todo vuestro.

sábado, 4 de agosto de 2012

¿Qué nos está pasando?

¿No lo notáis? Cómo el calor se apodera de vuestros cuerpos y os transforma en nuevos seres que se entregan a la noche con ganas de que nunca salga el sol. Nos hemos transformado en enfermos de la luna, por así decirlo. 
Necesitamos más, siempre más y más. Más fiesta, más alcohol, más diversión, más amor. ¿Amor? Oh no, creo que me he equivocado, ¿quién necesita amor en verano? Nadie. Absolutamente nadie. 

Es un mito aquello de "los amores de verano". En realidad lo único que queremos es salir, y no entrar jamás. Saltar, sentir la arena de la playa entre los dedos, y oír como el mar choca contra las botellas de ginebra y whisky. O en su defecto, entrar en el bullicio de la ciudad y perdernos entre semáforos y dj's. Y entre baile y baile, soltar un par de besos a un par de extraños. Ingleses, holandeses, españoles, ¡qué más dá! Hoy es sábado, es verano, y mañana probablemente ni si quiera me acuerde de mi nombre, así que vamos a vivir la noche a mi manera.

Lo peor de todo esto es que antes no era así, antes nos limitábamos a echarnos unas risas en cualquier parque perdido con una bolsa de pipas en la mano. Tu y yo, solos, ¿recuerdas?. Y desde que te fuiste todo ha cambiado, no sé si he aprendido a vivir la vida o he aprendido a malgastarla como nadie. Pero soy la primera que le da los buenos días a la luna y las buenas noches al sol. La primera en saltar a la pista. La primera en beberse hasta las copas de los árboles. La primera en perderme en camas de desconocidos.

Y todo es por tu culpa. No sé que te pasó, pero comenzaste a besar demasiados labios que no eran los mios y pensaste que yo estaría ahí para siempre ¡JÁ! Como te dije anteriormente, no sé si me enseñaste a vivir o a malgastar mi vida, lo que si sé es que probablemente no vuelvas a encontrar un carmín rojo como el mío en tu mejilla nunca más. 

Mientras, seguiré adornando las paredes de esta ciudad con pintalabios rojo, a ver si algún incrédulo lo sigue y esta noche mi cama estará menos fría.